viernes, abril 23, 2004

N razones para visitar Lisboa

Ciudad que se concibe para ser vista, que se muestra desde sus siete miradores, que se piensa pluriperspectivamente como nos enseñó el Reis, el Caeiro, el Soares... de Pessoa (quien de hecho no es más que un heterónimo más), que se conoce como objeto de una mirada, la tuya, que se pierde por las calles de Alfama, que se escucha en los rasgueos de una guitarra, que se sabe abierta a un mar recatado, en esa curva que el Tejo traza, que se pone íntima como las plazas que ofrece, que debe ser visitada desde el tranvía 28 en el que meditaba Pereira incansablemente sobre la muerte...