miércoles, junio 13, 2007

Con el Sub en el Che

"El Che" es una sala situada al lado de la facultad de letras pero a la vez fuera de ella, ya que se pretende como paraespacio; dentro de la UNAM se sitúa al margen de la academia y de cierta institucionalización universitaria. Allí, el viernes por la mañana asistimos a una charla titulada con el oxímoron Ética y política. En esta ocasión, la sala presentaba un lleno considerable por la anunciada presencia del (Sub)Comandante Insurgente Marcos. Las dos intervenciones primeras fueran seguidas con atención, pero su protagonismo fue usurpado por el olor de la pipa de Marcos que como prólogo de su charla coexistió con las otras pláticas hasta que la palabra fue tomada por el fumador. Después de trece años de insurgencia y lucha -la acción violenta sólo duró doce días- su presencia sigue siendo magnética. Su retórica, deudora de un género literario que se mueve entre el panfleto y la fábula, entre la didáctica y la poesía, sigue sembrando interrogantes desasosegantes en la cabeza de aquellos que están dispuestos a escuchar. Cabe decir que el zapatismo actualmente ha visto menguada su secta de amantes, sobre todo en México, ya sea por el personalismo de Marcos, por su posición ambigua en torno al PRD o por otros argumentos que se me escapan. Pero lo destacable es que ahí siguen, recordando que es posible un mundo donde quepan todos los mundos, creando espacios dentro de la sociedad civil, llevando el pasamontañas para recordar que Zapata vive y que la lucha sigue.

sábado, junio 02, 2007

De espejos y ventanas

En ocasiones he pensado que nuestro fondo de escritorio -quizás también sea aplicable para el salvapantallas de algunos-, es una ventana donde perdemos la vista (mirada que vaga por un paisaje) y que puede conjeturarse como cifra secreta de algo que nos atañe o nos concierne. Sin una periodicidad determinada, lo cambiamos como si algo ya no estuviera en sintonía con la imagen escogida, percibiéndola como caduca o de la que simplemente nos hemos cansado, la cual sustituimos frecuentemente por razones desconocidas. También he observado la importancia de reordenarse el escritorio, clasificar los archivos, rebautizar las carpetas, en ciertos momentos. No sé porqué razón los últimos días he optado por esta imagen que véis. Fue mi cuarto de baño en una pensión de Veracruz. De momento me gusta mirarme en ella.
Lo que no sé es hasta cuándo.

sábado, mayo 26, 2007

San Juan de Ulúa

Frente a las costas de la ciudad de Veracruz, la 4 veces heroica, emerge una fortificación del mar -que fue depósito, prisión, baluarte y ahora monumento- denominada San Juan de Ulúa. Españoles, franceses, y, por dos ves, estodounidenses protagonizaron campañas de asedio y defensa de la fortificación contra los veracruzanos, cuyo puerto era la conexión natural con Europa y valuoso punto estratégico militar.
Una de las peculiariedades de San Juan de Ulúa es que está enteramente construida con coral. El coral presenta el fenómeno físico conocido como capilaridad el cual es el responsable de que el agua ascienda por las capilares coralíneos de la pared hasta el techo, donde se forman estalactitas cuyo goteo era aprovechado para torturar por el tormento de gota a los reclusos que tenían la mala fortuna de dar con sus huesos en San Juan de Ulúa.


lunes, mayo 21, 2007

[Extracte d'un mail escrit a la Marta Polbín]

"Aquesta història tracta d'una casualitat quasiausteriana que em va succeir dimarts, de la qual l'amic Paul en treuria una novel·la d'uns centenars de planes. La Cris em va enviar fa ja un mes un paquet com a present del meu proppassat aniversari. Durant uns dies vaig intentar buscar el paquet en qüestió dins el laberint kafkià anomenat Correos Mexicanos. El dimarts, després de fer més voltes que un sínia, va arribar el paquet a les dues del migdia, tot just després de parlar amb el Blas, un amic del Gándara, que em demanava si el podia ajudar amb un guió per fer parlar decorosament un dels seus personatges que és espanyol. Per citar-nos avui diumenge vaig intentar donar-li la direcció d'un cafè al que li he agafat cert afecte que està davant del parc Mèxic fent cantonada amb un carrer que el qual no va haver manera d'invocar-lo -és el nom náhuatl d'un volcà del DF-. Ell tampoc s'enrecordava del nom del carrer però gràcies a altres referències vaig poder donar-li unes coordenades alternatives d'aquest punt d'aquesta inmensa urbs. Per la tarda del dimarts em vaig posar a llegir el llibre que contenia el paquet rebut feia unes hores: Qui vam ser de Lolita Bosch (te'l recomano). Aquesta dona -la qual és clienta de la Central i amiga del César - explica la seva relació sentimental amb un mexicà que va conéixer a la seva llarga estada al DF. Durant la compulsiva lectura del llibre, vaig reconéixer certes coincidències amb la Lolita ja que va estudiar el Posgrau que ara estic cursant, va anar als mateixos bars que vaig i fins i tot em va semblar recordar-la del "Col·lectiu de solidaritat amb la revolució zapatista" el qual vaig freqüentar alguna vegada ja farà uns quants anys. Però el que em va frapar més va ser veure una de les fotografies que acompanyen el text: la cantonada exacta que intentava recordar i el rètol del carrer que no em sortia: Iztaccìhuatl! Em va meravellar la coincidència pensant en la grandària de la ciutat i en la necessitat que tenia feia unes hores d'enrecordar-me d'aquell punt."

jueves, mayo 10, 2007

Perdido en un bosque de grafías

En ocasiones, al pasear por el DF o por la UNAM, uno se siente un tanto perdido debido al intenso y extenso uso de acrónimos y siglas. En los pasillos de la FFyL - facultad de filosofía y letras- se escenifican luchas de grafías como el APPO y el EZLN contra el ISSTE. Quizás el romance mexicano con esta clase de abrev. puede atribuirse a la centralista y monstruosa estructura burocrática del país que se subdivide hasta lo diferencial en comisiones, centros y subdelegaciones.
De hecho, el otro día sostuve un grueso volumen de más de mil páginas que permitía descifrar o resolver tal laberinto.
No resulta del todo inverosímil leer en las páginas iniciales de El Mono Gramático de Octavio Paz una alusión al DF:

"Preso entre las líneas, las lianas de las letras. Ahogado por los trazos, los lazos de las vocales. Mordido, picoteado por las pinzas, los garfios de las consonantes. Maleza de signos: negación de los signos. Gesticulación estúpida, grotesca ceremonia. Plétora termina en extinción: los signos se comen a los signos. Maleza se convierte en desierto, algarabía en silencio: arenales de letras. Alfabetos podridos, escrituras quemadas, detritos verbales. Cenizas...".

miércoles, mayo 02, 2007

Genialidad arreoliana

Juan José Arreola, escritor mexicano relativamente desconocido allende de las fronteras, brilló en el arte nada trivial del género breve y, en especial, en el de la dedicatoria. ¿Cómo dedicar una obra sin incluir el nombre de la persona a quien se destina la dedicatoria? ¿Cómo abrir una brecha entre lo público y la anónimo? Aquí una de las posibles soluciones:

«La dedicatoria se suprime a petición de parte».

Dedicatoria de Palindroma.

viernes, abril 20, 2007

Hospitalidad mexicana.

Hace unas semanas estuve en Campeche, ciudad de piratas, filibusteros, bucaneros y corsarios, donde conocí a I. en el hostal, un dicharachero treintañero que trabaja en una plataforma petrolífera de Ciudad del Carmen. Después de despertarle sin querer de la siesta, me invitó a dar una vuelta con unas amigas suyas. Paseamos, cenamos –insistió en invitarnos- y conversamos largo rato. Me invitó a dormir a casa de su familia situada en Orizaba, entre Veracruz y Puebla, camino de entrada de Cortés al Continente. Acepté gustoso la invitación y también a hacer de mensajero llevando a su familia unos presentes que él había comprado. Por e-mail le comuniqué el día que llegaba y la hora aproximada. Una vez en Orizaba, estuve esperando un rato delante de la dirección que me había dado. Cansado del viaje, decidí ir a un hotel y desde allí ponerme en contacto con él. En la recepción, observé en pocos minutos a tres parejas que entraban, vergonzosas, sin equipaje, dejaban un billete de cien a la señora, recogían la llave y se dirigían a la habitación... sí, resultó ser la casa de citas de la ciudad. Confiando en el grosor de las paredes de mi habitación, dejé la mochila en el cuarto y salí a llamar a I. Hablé sólo un minuto con él ya que se cortó la comunciación; alcancé a decirle que no había encontrado a nadie en su casa. Merodeando por la plaza de la catedral, de pronto, oigo que dos tímidas voces dicen mi nombre. Eran la mamá y hermana de I. que "apatrullaban" la ciudad en mi búsqueda, sin conocerme, sin haberme visto nunca. Me invitan a cenar y me llevan a su casa. Conozco al papá y al hermano que se ofrece para acompañarme al Hotel, coger mis cosas y volver a dormir a su casa. Acepto encantado. Su hermano, A., entra conmigo al hotel donde intento recuperar algo del importe de la habitacion que ya había pagado. El señor se muestra tajante, no ya pagó, son las normas. Cuando bajo ya para salir a la calle, A. me está esperando, el señor me detiene ofreciéndome un billete de cien pesos. Me dice que ya habló con la señora y que ningún problema. Antes de llegar al coche comprendo lo que ha pasado. Sí, el colmo de la hospitalidad mexicana, A. al que hace diez minutos que conozco, hermano de I., un tipo al que conocí unas horas tres días atrás le pagó al señor del hotel para que pudiera irme tranquilo a dormir a su casa -y no sufrir por la presunta estrechez de los tabiques-.

Metro, línea verde, 22 h.

Después de estar parados unos siete minutos en cada estación, bajamos del vagón y montados en las escaleras mecánicas, de golpe, dejan de funcionar.Una voz tras de mí se deja oír:

Paren de mamar!
primero el sauna
y luego ejercitar.