jueves, mayo 20, 2004

El enigma del tiempo

El tiempo ha sido desde siempre uno de los grandes enigmas que no se han podido desvelar, aprehender. Como máximo, se ha llegado a alguna suerte de argumento, a partir del cual, ha podido desplegarse uno contrario que refutara al anterior desembocando en la calle sin salida de la paradoja.

(...) La frase negación del tiempo es ambigua. Puede significar la eternidad de Platón o de Boecio y también los dilemas del Sexto Empírico. Éste (Adversus Matematicus, XI, 197) niega el pasado que ya fue, y el futuro que no es aún, y arguye que el presente es divisible o indivisible. No es indivisible, pues en tal caso no tendría principio que lo vinculara al pasado ni fin que lo vinculara al futuro, ni siquiera medio, porque no tiene medio lo que carece de principio y de fin; tampoco es divisible, pues en tal caso constaría de una parte que fue y de otra que no es. Ergo no existe, pero como tampoco existen el pasado y el porvenir, el tiempo no existe.

"Nueva refutación del tiempo". de J.L.Borges

Planteado desde este punto de vista, el tiempo es un gran ficción tácita cuyos estragos son incontestables.

Los argumentos sobre el tiempo suelen versar sobre su fragmentación (según Bergson, trasladada incorrectamente desde las ciencias), su inconmensurabilidad (sólo se puede medir lo que es espacio o el triple presente de San Agustín), su división (arbitraria, ilusoria, convencional) sin poder arañar nada de su "ser", dejando intacta su sustancia.

El poder de descripción de la física, por ejemplo, no va más allá que de la definción, lo más precisa posible, de qué es, por ejemplo, la unidad de tiempo.

"El segundo es la duración de 9 192 631 770 períodos de la radiación correspondiente a la transición entre los dos niveles hiperfinos del estado base del átomo de cesio 133." (13ª Conferencia General de Pesas y Medidas, 1967)

Maneras de habitar el tiempo, de hacer humano el tiempo se cifrarían, según Ricouer, en la capacidad humana de narrar, esto es, de crear a partir de la dimensión lingüística del hombre una zona de inteligibilidad dentro de la oscura dimensión temporal.